Los rayos del sol bañando todos nuestros rostros,
sólo nos dejan enfocar el cascarón.
Podemos insistir con una mirada tan mortal
que sólo limpiará una capa delgadísima.
El hombre con su miradita de microscopio
congestionada por tantos lentes
que poco dejarán del objetivo real, inicial.
Tan frágil como nuestra voluntad,
fríos y aislados
en mundos prefabricadamente individuales, personales
individuo, persona,
¿Diluyente?
Tan frágil como nuestra voluntad
se desintegra la intención inicial de observar
Rendida ante el primer destello plástico de color comodidad.
Nuestro resfriado neuronal,
congestión espiritual
impregnando el empaque que nos envuelve
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