Colores ciegos e imaginación
son los ingredientes de los sueños.
Un poco de vida escarchada sobre ellos.
Un poco de vida con el sabor de ser y no estar.
Un trago de memorias enjauladas en las rocas
para refrescar el olvido de los recuerdos agrios.
Caliente y sangrante carne arrancada del ayer
cuando los sustitutos del hoy no complazcan tus necesidades del mañana.
Pero cuidado con los malestares que causa
la ceguera del síndrome de “más”.
Quizás te vean pasar a vomitar todas tus inconformidades al hablar incesantemente sobre el tema tan tratado de
las incoherencias amorfas en las rocas con unas gotas de limón
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