Los MITOTEROS!

domingo, 6 de noviembre de 2011

La marea sónica se dispersa...

            Rodeando al ejecutante en pleno desempeño de su habilidad para crear ruidos distorsionados desde los tendones ultrajados de una curveada guitarra eléctrica, se puede notar que experimenta un cierto ataque de nervios; lo invade un temblor corporal que lejos de padecer, parece gozar; de las bocinas que están a los costados se escapa una marea sónica que envuelve a toda la multitud concurrida; ésta al instante cesa de gritar y todo se convierte en silencio y ojos incrédulos ante una escena poco usual: el artista del ruido controlado, en su euforia, se envuelve con las cuerdas de su instrumento que cobrando vida lo exprimen dejando su cuerpo inerte entre las mismas para escupir su alma a través de todas las bocinas que hay en el sitio que se ha cubierto con una atmósfera de temor tras presenciar lo anterior. los murmullos vuelven, la neblina espiritual se disipa, un muchacho lleno de gafetes al rededor de su cuello está recogiendo los restos del ejecutante-ejecutado en una bolsa plástica (esas de color negro para la basura) mientras otro hombre anuncia a la audiencia, a través de un micrófono, que otra agrupación seguirá con el espectáculo programado y todo vuelve a la normalidad: gritos de la gente, cigarrillos encendidos, júbilo colectivo de una juventud disponible y desechable; en fin, todo lo que un buen adolescente puede desear. 




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