Los MITOTEROS!

sábado, 3 de diciembre de 2011

.............TAMAL II

Se respira un clima de letargo hoy en ciudad Fuga, sede de sucesos observados muy detenidamente. Se antoja caminar por sus calles, con ese viento que gentilmente se le estrella a uno en la cara, mientras se decide que forma va a tomar ese ocio que aletea en la atmosfera.
Es muy interesante ver todas las posibilidades y recrear cada una de ellas en el laboratorio de revelado que se encuentra en la calle Imaginación Número 96, por donde pasaban, en silencio pero con un escándalo en sus mentes, Tamal y su amigo Equis. Ambos venían empapados por una corta lluvia que los había bañado de repente; más tarde llegaron a una fiesta en una casa no muy lejos de ahí; como pudieron, se abrieron paso entre los cuerpos humeantes e incesablemente parlantes, hacia diferentes direcciones y con diferentes niveles de intensidad…el piso y las paredes temblaban pero no todos se daban cuenta de ello.
Tamal se topó de espaldas con alguien, volteó y vio entre toda esa marea de murmullos, carcajadas y gritos envueltos en la canción “Psycho Killer” de los Talking Heads (nombre de banda muy apropiado para la ocasión, por cierto); empezaron a examinarse con la vista hasta que ella (era una ella, de hecho) le preguntó por su nombre y el contestó:
-          Me llamo Tamal.
-          ¿Tamal?  - preguntó ella - ¡Qué nombre tan raro! … a mí me gustan los de carne.
Tamal inició una conversación con ella, hablando solo de banalidades. Más tarde, sentado junto a ella en el asiento trasero de un carro en movimiento, apretados y a medio asfixiar también, porque iban acompañados de mucha gente a su alrededor; la misma cacareante marea de labios epilépticos que no paraban de gritar ni de fumar. La pareja seguía con su dialogo ocular, empezaron a sentir el sudor tan molesto detrás de las piernas, mojándose mutuamente.
-          Tamaaaal!, Levantateeee!, Ya es hora de que te largueees!  -
La madre de tamal dejaba ver su desesperación.
-          Desde que no está tu padre, que vá! Haces lo que se te pega la gana! –
Y se volvía a repetir la escena típica de un tiempo hasta entonces.
-          Me voy a volver loca!  - Decía su madre.
El hermano menor de apenas dos años de edad, llorando a pulmón barítonezco; el desayuno empieza a oler a quemado, la quinceañera hermana suya, estallando en un ataque de histeria porque no encuentra la secadora de cabello.
-          Que flojera, ahorita me levanto, espérate!  -  Dijo desde la cama, Tamal.
Adivinanzas: dime, pregunta, contesta, cuantas complicaciones para soportar la comunicación estancada en una fosa de silencio. ¿No sería más conveniente entendernos sin hablar? “Camarón que se duerme, lo pescan y lo venden barato”, si se durmió quizás fue por intoxicación…  


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